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Uno de los escenarios
Entre los muchos hábitos y situaciones sociales nuevas que han surgido a partir de la pandemia producida por el COVID-19, se encuentra el enorme desafío de adecuar las prácticas escolares habituales a un formato digital que permita la continuidad del proceso de enseñanza y aprendizaje. Ante semejante reto, en muy poco tiempo, la gran mayoría de docentes de todos los niveles y modalidades, tuvimos que recurrir a una formación inmediata (algunos ya la tenían, otros debieron profundizar) sobre plataformas, educativas, aplicaciones y recursos digitales que pudieran servir a tal propósito.
Gracias al gran espíritu de trabajo y compromiso de cada docente, más temprano que tarde, aun debiendo sortear muchas dificultades, con la necesidad de establecer los primeros contactos y canales para mantener a los estudiantes comunicados con la escuela, comenzaron a llegar distintas actividades, propuestas y trabajos en diversos formatos (audio, texto, vídeo) de manera sincrónica o anacrónica; utilizando variados recursos y soportes digitales como: WhatsApp, Facebook, Instagram, twitter, blogs, sitios web, por mencionar algunos.
4 pendientes en la Educación Digital
Ante este escenario y momento histórico, considero importante, recordar y reflexionar sobre algunos puntos que parecieran haber pasado a un segundo plano y en muchas ocasiones, podrían ser elementos a tener en cuenta en esto de pensar los procesos de enseñanza y aprendizaje mediado por la educación digital.
En primer lugar quisiera compartir la preocupación sobre la situación de aquellos estudiantes que por diferentes razones (falta de dispositivos, escasez de ellos, falta conectividad, problemas de horarios, los diversos contextos y múltiples realidades familiares, etc.), no pudieron “conectarse” con la escuela. Pensar en un proceso de educación digital, virtual, remota o a distancia no tiene asidero posible si no se logra el acceso básico, de todos y cada uno de los estudiantes y encargados o responsables del proceso educativo con al menos un dispositivo y conectividad adecuada de forma gratuita. Este punto es posible vincularlo directamente con el trabajo que desarrolla Reig, D. (2016) quien postula como un primer nivel de análisis la utilización de TIC (Tecnologías de la Información y Comunicación) las cuales nos brindan un acercamiento a las herramientas y un aprendizaje sobre la tecnología. Este nivel está basado principalmente en la utilización de los dispositivos de manera instrumental junto a la obtención de información y la incipiente interacción a partir de las redes que podemos establecer de manera personal.
En segundo lugar considero, pendiente la alfabetización digital, tanto de estudiantes como de educadores. Muchos, por las razones antes mencionadas, faltas de formación o capacitación insuficiente, motivos personales, manifiestan muy poco conocimiento o utilización de procesadores de texto, audio, imagen, vídeo y planillas de cálculo en un ordenador o dispositivo. Esta situación se empeora con la utilización de dichos recursos en línea conectados a internet, como por ejemplo archivos en la “nube”, los paquetes ofimáticos que ofrecen Google, Microsoft o los de programación libre. Nuevamente los aportes de Reig, D. (2016) nos ayudan a comprender un segundo nivel, más evolucionado que recibe el nombre de TAC (Tecnologías del Aprendizaje y Conocimiento). Las TAC no solo incorporan el carácter instrumental de las TIC, sino que suponen el aprendizaje con la tecnología y el desarrollo del pensamiento crítico, la habilidad de seleccionar, clasificar, jerarquizar y procesar la información de manera de construir conocimiento significativo, sumado a la posibilidad de aplicarlo o compartirlo de manera colaborativa y reflexiva.
Un tercer pendiente que considero relevante es el trabajo, capacitación y formación permanente en ciudadanía digital. Sobre esto, muchas veces existen confusiones, creyendo o interpretando que con la alfabetización digital alcanza para ser “ciudadano digital”. A mi entender, pensar en una formación en ciudadanía digital implica el conocimiento y práctica del conjunto de normas y pautas que demanda la buena convivencia y la adquisición de habilidades, competencias, cuidados y responsabilidades que conlleva el ejercicio pleno del rol de ciudadano en los términos que se aplican en el mundo físico, adecuados nuestro recorrido como transeúntes del universo digital. Para mencionar algunos aspectos a modo de ejemplo:
Finalmente, en cuarto lugar, de modo transversal a las anteriores, considero fundamental mantener en todo momento el carácter profundamente humano que debe sustentar y nutrir todo proceso de enseñanza y aprendizaje mediado por cualquier tecnología, entendiendo que la escuela es una de ellas, pero específicamente, en la utilización de tecnologías digitales. Debemos comprender que las llamadas nuevas tecnologías son solo un recurso, una herramienta más, muy poderosa, pero una herramienta al fin que de ningún modo reemplaza el vínculo afectivo y la calidez que se produce entre el estudiante y el educador.
Cuando enseñamos utilizando la tecnología, no debemos deshumanizar los procesos de enseñanza y aprendizaje, es decir, de igual modo que en la presencialidad debemos dispensar el mismo trato, aclarando las dudas que surjan, respondiendo las inquietudes, respetando los tiempos que requieren y las necesidades de cada uno de nuestros estudiantes entendiendo que ocuparnos de mantener la “humanización” del vínculo pedagógico, la comunicación entre estudiantes y docentes, es justamente fortalecer la potencia transformadora de la Educación.
A modo de síntesis y emulando la pirámide de Maslow, podría representar los conceptos mencionados a fin de establecer un posible recorrido a atender en el camino a una Educación Digital posible.
Sitio web consultado: https://www.dreig.eu/caparazon/
Publicación original en: http://blog.tiching.com/cuatro-pendientes-la-educacion-digital/